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  ENTREVISTA

 


Noviembre 2017
“Un buen mediador es una persona con buena formación y sin interés en su lucimiento personal”

Entrevistamos a la Dra. Esther Rubinstein de Arbiser, mediadora externa del Centro Empresarial, negociadora, especialista en métodos alternativos de resolución de conflictos y ex directora del Servicio de Conciliación Laboral Obligatorio (SECLO). Conversamos acerca de su práctica profesional y experiencia de más de veinte años en la materia.

Medyar: ¿Cómo es su práctica actual como Mediadora?

EA: Yo tengo una larga historia, porque me recibí en 1996. Esto no significa que sea mejor mediadora que alguien que se recibió recientemente, pero sí que cuento con mucha experiencia. Hace 23 años que ejerzo la mediación y hoy en día, puedo afirmar, sin temor a equivocarme que mi capital lo constituye mi trayectoria, mi persona y el tiempo que hago este trabajo, lo que me permite dedicarme exclusivamente a la mediación.

También desde esa época trabajo como docente en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. He viajado por la Republica dictando cursos, lo que enriqueció mi perspectiva como Docente. Durante mis clases en el Colegio, mediante la practica en la Cámara Gessell me permitió ver y analizar casos reales desde un ámbito sociocultural muy complejo y desconocido hasta entonces.

Medyar: ¿Cuál es el desafío más grande que debe afrontar el Abogado que quiere ser mediador?

EA: En general, lo que más les cuesta a los abogados es renunciar al rol protagónico que normalmente poseen y darle espacio a la parte que atraviesa el conflicto. Esto, sin desmerecer el litigio, que es fundamental para que exista la mediación, como método alternativo.

Medyar: ¿Qué debe tener un buen mediador?

EA: Un buen mediador es una persona con una buena formación, que no tiene interés en lucirse, ya que debe pasar casi desapercibido en su trabajo. Si alguien como Mediador dirige notoriamente “la orquesta” y habla mucho (por ejemplo, cuenta su currículum en la apertura del proceso) no contribuye a la resolución de la disputa. Las personas que tienen un conflicto no les interesa quien es el Mediador, sino como las puede ayudar.

Medyar: Hace muy poco se reformó la ley de ART que de alguna manera reemplazo la instancia de mediación por las comisiones médicas. ¿Cuál es su opinión de esta Ley?

EA: Lamento mucho las modificaciones realizadas y comparto la postura del Colegio en cuanto a la inconstitucionalidad de la Ley. No quisiera decir que cuando era directora del SECLO todo era fantástico, pero si debo destacar que mis pilares fueron la transparencia de los procesos, la aplicación de los métodos alternativos y su eficaz difusión. Un dato importante es que, si bien yo no soy especialista en derecho laboral, el buen manejo de la comunicación hizo posible muchas reformas en el SECLO. Durante mi dirección se ofrecían cursos gratuitos sobre nociones de mediación relacionadas con la conciliación laboral lo que permitió modificar la percepción de esta figura.

Medyar: ¿Cree que la sanción de esta reforma significo un revés para la Mediación?

EA: No creo que sea un revés, pero si a lo mejor produjo la disminución de mediaciones.

Medyar: ¿Cuál es su opinión de la legislación vigente en materia de mediación?

EA: Creo que permite trabajar muy bien. Personalmente, me apoyo en el sistema MEPRE, ya que me siento respaldada por el mismo. El trabajo de mediador es muy solitario y el hecho que mi computadora este en red con el ministerio me acompaña y me siento sostenida. Si bien reconozco que el sistema MEPRE exige organización e implica una estructura económica para su funcionamiento.

Medyar: Podría compartir alguna experiencia de sus años como mediadora que le haya resultado particularmente enriquecedora…

EA: Creo que las historias más ricas las he vivido en los casos que atiendo como parte de mi trabajo en el Colegio Público de Abogados, en la etapa de las Pasantías. Al Colegio concurren personas de muy escasos recursos económicos y sociales y en ese contexto nuestro trabajo se vuelve muy creativo y permite cumplir una función social, que es muy distinta al ejercicio privado de la mediación y en este ámbito he tenido muchas satisfacciones.