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¿Qué sucede realmente en un proceso de mediación?
Esta información es provista para desmitificar el proceso y ayudarlo a prepararse y sacar el máximo provecho de la mediación. El proceso mencionado es el que ocurre habitualmente en las disputas que llegan al Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje.
El proceso de mediación puede describirse como una negociación asistida. El mediador actúa con imparcialidad y no tiene preferencias por ninguna de las partes en disputa. El mediador es el facilitador que ayuda a las partes a llegar a un acuerdo aceptable para ellas. El acuerdo no es impuesto a las partes (como una sentencia judicial o un laudo arbitral) sino que se llega a él mediante un proceso de negociación facilitado. Las partes pueden preguntar a los mediadores durante el proceso su evaluación de un probable resultado de la disputa en los tribunales o en un arbitraje. Si existe tal evaluación, se lleva a cabo a pedido de las partes y no es obligatorio sobre ellos a menos que lo soliciten y ambas partes estén de acuerdo en ello.
Esta evaluación no es verdadera mediación pues, como en los tribunales o en una decisión arbitral, es impuesto sobre las partes y no un producto de su negociación. El procedimiento formal en los tribunales y en los arbitrajes no es propio del proceso de mediación. No hay prueba o procedimientos formales en la mediación para la presentación de las posiciones o de los derechos de las partes. Antes de que la mediación comience, las partes y el mediador acuerdan los procedimientos que seguirán para resolver esa disputa en mediación.
El proceso de mediación pertenece a las partes. Por ello, las partes pueden adaptarlo de cualquier modo que sea provechoso para ellas. La ausencia de formalidad propia de los tribunales permite una discusión abierta de los temas, así como también un libre intercambio de ideas. En consecuencia, es más fácil determinar
las verdaderas necesidades de las partes y encontrar una solución que satisfaga esos intereses.
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