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Junio 2016
“Una mediación exitosa es aquella donde las partes pudieron aprovechar la instancia”
Dialogamos con el Dr. Gustavo Fariña, quien trabaja desde 1994 como mediador en Fundación Libra. Nos comentó acerca de su experiencia como mediador y sus impresiones sobre la actualidad de la Mediación en Argentina.
Medyar:Nos interesa conocer por un lado su opinión sobre el panorama de la mediación en Argentina y por otro, saber más sobre tu carrera profesional y ¿Cómo arrancaste como mediador? ¿Actualmente vivís de la mediación?
G.F.: Sí, soy uno de los pocos que vive de la Mediación. Trabajé toda mi vida, siempre me dediqué solo a esto. Yo tuve la suerte, cuando trabajaba en la Cámara Civil en el año 93, de conocer Elena Highton y Gladys Álvarez. Empecé con ellas en la Facultad, empecé en la Fundación Libra, y en el año 96 me fui del Poder Judicial para trabajar de lleno en dos áreas. Una es el ejercicio de la mediación, dado que ese año entró en vigencia la Ley de Mediación. Además también soy mediador del Centro de Mediación de la Universidad de Buenos Aires que funciona en el Palacio de Tribunales. Ahí hago mediación penal con adultos y con menores y también mediación familiar. Y en mi estudio, durante muchos años en el Centro de Libra, administré el Centro de la Fundación y ahora básicamente en mi estudio.
Y sí, un 50% de mi trabajo es la capacitación. Trabajo hace muchos años en la UBA, coordinando el Programa de Resolución de Disputas, que dirige Gladys. Después tenemos muchos cursos en la Maestría de la Magistratura, en la Especialización en el Ministerio de Justicia. Hace muchos años soy docente de la Escuela Judicial que para mí es un espacio muy importante porque les damos herramientas a los jueces para desarrollar la conciliación, no intuitivamente, sino con técnicas. También en el programa de capacitación de la Corte Suprema hago lo mismo. Así que vivo de esto, pero porque el 50% de mi trabajo tiene que ver con la formación. Si no hoy por hoy, vivir solamente de la mediación es complicado, porque salvo el caso de Centros como el de ustedes, que son muy específicos, es difícil salirte de las pautas del mercado de la mediación y hoy por hoy se paga una instancia y no tanto un experto. Todavía no hay un convencimiento de que no es lo mismo hacer la mediación con cualquiera.
Medyar: ¿Desde su perspectiva que hace falta para que pueda los procesos de mediación evolucionen o se puedan expandir?
Medyar: ¿La mediación prejudicial es obligatoria en España?
G.F.: Yo creo que hace falta un poco más de conocimiento por parte de las empresas, porque hasta hoy los titulares de los conflictos en realidad eran los abogados. Si bien el conflicto es de la parte, quien le dice a la parte a dónde llevar a su conflicto, cómo solucionarlo, es el abogado. Con estos 20 años de mediación ya los estudios de abogados se dan cuenta que no es lo mismo hacer la mediación con cualquiera. Es lo mismo que si vos tenes un chiquito con un problema cardíaco, no es lo mismo que te lo opere un cardiólogo recién recibido que uno con 20 años de trayectoria. Como en todo. Y uno elige. Bueno, acá también, yo siempre defendí la idea de la posibilidad de elegir un mediador, no tanto esto del sorteo porque el sorteo tiene que ver con el cumplimiento de una instancia burocrática y no con la elección del alguien idóneo, experto. Una de las ventajas que tienen Centros como el CEMA es que de repente en determinado ambiente con determinado perfil de clientes, te hablo de tener un espacio con determinadas características, muchos dicen no, yo no puedo llevar mi cliente a cualquier lugar, necesito un espacio con determinada comodidad, con determinada seriedad, etc. Creo que todas las críticas que le podemos hacer a la mediación en estos años en la implementación también son una oportunidad para los que se dedican en serio y quieren hacer una diferencia. Por eso te digo que los abogados en este tiempo ya se han dado cuenta de que no es lo mismo uno que otro, pero las empresas todavía no. Entonces, cuando de repente algún estudio me dice “mirá yo tengo que pasarle un presupuesto por determinadas carpetas de mediación a la empresa pero la empresa conoce otro mediador que paga las carta documentos, yo sé que vos sos diferente pero me limitan los costos que la empresa me pone por la instancia de mediación”. Entonces, respondiendo a tu pregunta, creo que estamos en ese punto, donde ya los abogados se dieron cuenta que no es lo mismo pero falta trabajar un poco más con los clientes reales de la mediación que son las partes, las empresas.
Medyar: En la actualidad muchos abogados se muestran críticos respecto a la instancia de mediación oficial, sosteniendo que de alguna manera no cumple hoy el rol o la función para la cual se creó, no llega a descongestionar del todo al Poder Judicial o mismo la instancia termina siendo este trámite burocrático que hay que sortear para seguir adelante en la vía judicial. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Cómo evalúa el funcionamiento de la mediación oficial?
G.F.: Es una pregunta bastante complicada, muy amplia. Yo te marcaría una primera distinción, no creo que la mediación se haya instalado para descomprimir solamente a los Tribunales. Si vos vas a bucear en las medidas y por qué se implementó la mediación, se implementó básicamente para devolverle protagonismo a las partes, a los titulares de conflicto, para generar culturas más democráticas, para que la gente pueda adquirir habilidades que pudiera repetir en otro tipo de situaciones y también descomprimir los tribunales. O sea, todo esto que yo te digo no es una opinión ni de Gustavo Fariña ni de Joseph Folger en La mediación transformativa que lo defiende a ultranza. Tiene que ver con la ciencia de la mediación. Pero en la práctica lo que ha terminado ocurriendo es que básicamente la mediación se instaló para que haya menos causas judiciales. No es menor esta distinción. Porque para mí una mediación exitosa no es solamente aquella que termina en un acuerdo, una mediación exitosa es aquella donde las partes pudieron aprovechar la instancia, pudieron reconocerse cosas, pudieron obtener información y tal vez se fueron un poco mejor que como vinieron.
Ahora, si nosotros pensamos que la mediación tiene que descomprimir los tribunales, toda mediación que termina sin acuerdo es un fracaso. Entonces, te das cuenta que es mucho más profundo esto. Esto es un punto central de cuál es el objetivo real de la mediación. De hecho, cuando venga Folger, podemos hacer una entrevista con el, te va a decir que él escribió su libro La promesa de la mediación porque justamente la mediación en los Estados Unidos había quedado en una promesa. Prometía un montón de cosas y terminó convirtiéndose en una instancia solamente para evitar los juicios. Y yo creo que en Argentina estamos siguiendo ese mismo camino también. Ahora, si vamos específicamente en lo que pasa en el día a día, solamente con vistas al tema de la descompresión de los tribunales, yo creo que se ha convertido en una instancia muy burocrática donde hay algunos muy buenos mediadores y mucha gente que se limita a completar actas y a mirar a las partes y preguntarles si pensaron en algún acuerdo.
Medyar: ¿Cómo cree que se podría mejorar el sistema en este sentido? ¿Cuáles serían según su opinión los desafíos de la mediación pre-judicial?
G.F.: En eso desafíos tiene que tener la autoridad de contralor que es el Ministerio de Justicia, depurando los registros, haciendo denuncias por determinados trámites o cuestiones que se hacen burocráticamente, mala praxis. O sea, es difícil como particular trabajar en la resolución de eso. Igual lo que yo creo, es que ustedes como particulares, al igual que yo cuando ofrezco mi servicios, podemos justamente aprovechar los puntos flojos para diferenciarnos de eso que ya hay mucho. Hay mil y pico de mediadores en actividad pero la verdad que si pensamos quienes realmente son serios y dedicados, la verdad que se restringe mucho el número de gente.
Medyar: Al comienzo de la charla mencionó una capacitación en técnicas de conciliación que sirve como guía para los jueces ¿Nos podría contar acerca de ella?
G.F.: Hace ya más de 10 años que yo trabajo en la Escuela Judicial que depende del Consejo de la Magistratura, ahí tengo dos cursos, uno de técnicas y teoría de mediación y negociación para las audiencias de conciliación y otro de resolución de conflictos internos. Desde ya hace unos cinco o seis años, funciona en ese ámbito el programa para aspirantes a magistrados de la justicia nacional. Ellos toman un curso de dos años y dentro de la currícula está el curso que yo ofrezco. Con lo cual la Argentina, a diferencia de otros países, desde ya hace tiempo le está dando a los jueces formación en conciliación. Esto cumple una doble función. Por un lado, que los jueces puedan tomar las audiencias con conocimientos teóricos y entrenados y no solamente como algo intuitivo. A su vez también que ellos se den cuenta y valoren qué realmente se puede hacer en una instancia de mediación o conciliación, con lo cual revalorizan lo que hace el mediador fuera. Y entienden mucho más que el tratamiento del conflicto es diferente a nivel judicial que en una instancia de mediación o de conciliación donde se puede trabajar integralmente y a fondo y no la faceta jurídica nada más. Entonces, me parece que son espacios importantes porque hacen que la mediación tome un lugar o sea que dimensione el valor de la mediación y de lo que hacemos los mediadores desde la visión de los jueces.
Medyar: Todo lo que tiene que ver con técnicas de mediación, de conciliación, de negociación que enseña son aplicables a un montón de ámbitos que no necesariamente o expresamente son jurídicos ¿Da cursos similares para empresas o para particulares, técnicas para evitar el conflicto y quizás llegar en muchos casos a soluciones mediadas?
G.F.: Sí, totalmente. De hecho, yo trabajo dentro de empresas dando cursos de capacitación interna en prevención, administración y resolución de conflictos. Un ejemplo, en el Hospital Alemán trabajamos durante dos años capacitando a todo el personal desde el call center, enfermeras, personal de la obra social. Trabajo también en cursos para organismos públicos, privados. Todo lo que vos adquirís de las técnicas de comunicación y negociación las podes utilizar no solamente como un tercero en una mediación para ayudar a que negocien, sino como parte de un conflicto y una negociación.
Medyar: ¿Cómo resumiría las premisas básicas de la Mediación? O ¿Cuáles serían los puntos principales que le diría a alguien que, no sabe nada de qué trata la Mediación, y desea aplicarla?
G.F.: Yo creo que la mediación tiene dos características esenciales que la hacen diferente a otras formas de resolución, a otros mecanismos. Una es el poder humanizante de diálogo. El hecho de que todos tenemos la capacidad de resolver los conflictos a través del habla, del lenguaje y de poder conectarnos con el otro como ser humano. De hecho, si vos buceas en la esencia de la mayoría de los conflictos, temas de familia, temas societarios, temas comerciales, siempre van a tener un componente, aunque sea no en el origen, pero sino en el manejo de: lo que el otro hizo, de lo que yo esperaba del otro y no se cumplió, si él hubiera venido con esto antes pero ahora. Eso tiene que ver con la historia y tiene que con la faceta humana, todo conflicto tiene que ver con la interacción humana. Entonces, los conflictos no se resuelven desde lo judicial, desde lo jurídico. Es lo mismo que si vos te divorcias y yo te digo lo que corresponde de cuota alimentaria y le digo a la otra parte. No, a vos te va a molestar que el otro no fue capaz de o que tuviste que ir a un abogado para que el otro cumpliera, y tiene que ver con expectativa que vos tenías respecto del comportamiento de la otra parte. Fijate que siempre hay componentes que a veces hasta evitan que el conflicto pueda siquiera arreglarse o a veces se arregla un aspecto nada más. Ese es uno.
El segundo, el destacar la autonomía que las partes tienen para acordar, esto tiene que ver con un poder tan grande, saber que nadie me obliga a, y que yo puedo lograr un acuerdo con el otro si quiero. Y creo que la mediación es un espacio que se diferencia de otros, porque en nuestra educación en el colegio nos retan y nos ponen amonestaciones, en casa nos dicen lo que tenemos que hacer, estamos acostumbrados a ir ante un juez que nos diga qué es lo que hay que hacer. Pero es mucho más sociedad de una sociedad madura y responsable el asumir nosotros mismos cómo hacemos para encontrar la solución con el otro, sin que nadie nos imponga o nos diga qué es lo que tenemos que hacer. Cuando en la audiencia de conciliación laboral, el conciliador dice rápidamente lo que hay que hacer, cuando en la burocracia de la mediación, el mediador opina respecto de si uno tiene derecho o no, lo que está bien o lo que está mal, en definitiva lo que estamos haciendo es menoscabando la autonomía de la gente y convirtiendo la mediación en algo que no es.
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