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  ENTREVISTA

 


Abril 2018
“Tenemos que ver el conflicto como una oportunidad para el cambio y el aprendizaje”

Antes de la década del ´90, la hoy abogada, escribana y mediadora Ana María Bargiela redactaba dictámenes imperativamente en su ejercicio del derecho público. En este período de crisis para la justicia en el país, Bargiela se volcó al derecho privado y encontró en la negociación y en la mediación métodos alternativos para resolver conflictos.

Con más de 20 años de experiencia en mediación, Bargiela es docente, entre otras instituciones, en el Colegio Público de Abogados de Capital Federal, en el cual presidió la Comisión de Mediación. Se formó en la materia en universidades nacionales y en Estados Unidos, donde se concentraban los pioneros. Mientras cursaba posgrados en la Universidad de San Francisco y en Harvard, tuvo profesores eméritos como Roger Fisher, director del Harvard Negotiation Project y co-autor de Obtenga el sí: El arte de negociar sin ceder.

Hoy, dirige la revista Negociación, Mediación, Conciliación y Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos editada por el International Legal Group. En el 2012, publicó un libro junto a María Inés Burs, que sirve como compendio de la legislación nacional y de las provincias argentinas en materia de mediación. Se define como formadora de formadores en mediación y se desempeña como Mediadora, Conciliadora y Árbitro en la Defensoría del Pueblo.

Medyar: ¿Podrías contarnos acerca de tu práctica profesional?

Desde el análisis económico del derecho, se ha estudiado mucho la ruptura contractual óptima. Uno de los referentes en este ámbito, Ronald Coase decía que: “si las partes están debidamente informadas y no hay mayores externalidades y los costos de transacción son bajos, la solución está disponible sin perjuicio de lo que la ley diga”.

A.M.B.: En mi vida profesional, hay un antes y un después de la incorporación de los métodos alternativos. Soy mediadora desde 1996, de la primera hora. Me capacité en esto porque en la década del ´90, nuestra justicia estaba totalmente colapsada y buscábamos cómo hacer que llegase en tiempo y forma. Porque una justicia que llega tarde, deja de ser justa.

Pasaron los años y hoy Argentina es líder en mediación esencialmente porque, bajo nuestra legislación, un acuerdo entre partes firmado por un mediador del Ministerio de Justicia tiene el alcance de una sentencia judicial. La Argentina ha evolucionado tanto en el ámbito que hemos sido docentes en el exterior, capacitando en Latinoamérica y en Europa.

Desde 1996 hasta la actualidad, hemos cambiado la legislación. La ley 26.589 sancionada en el 2010 tiene como virtud que regirá en el futuro, evitando las prórrogas sucesivas que requería la legislación anterior.

Medyar: Muchos mediadores consideran que esta nueva ley convirtió burocratizó el proceso y lo volvió menos eficiente. ¿Cómo evaluás la legislación en materia de mediación?

A.M.B.: Tenemos que trabajar con la ley que tenemos y no con la que quisiéramos. Como toda legislación, adolece de algunos defectos terminológicos, como la mal llamada “certificación de firmas del mediador”, y otros errores en materia de prescripción y caducidad. Sin embargo, ha disipado algunas dudas sobre qué era mediable y qué no, incorporó la figura del profesional asistente, la especialidad en mediación familiar y contempla la mediación gratuita para las personas carenciadas, que antes no era oponible al mediador. En el Colegio de Abogados fuimos precursores en esto y hoy la ley obliga a los mediadores, si son designados, a realizar dos mediaciones gratuitas al año.

Otro aspecto en el que se avanzó fue en el decreto reglamentario 2.536/2015 que establece un mínimo en los honorarios del mediador.

Medyar: ¿Creés que el saber que vos impartís en tus clases trasciende la práctica profesional de las personas?

A.M.B.: En la segunda unidad de los cursos de grado en los que enseño, trabajamos sobre la comunicación. Es algo fundamental en cualquier disciplina, pero especialmente para los abogados que salimos de las universidades preparados en el qué decir, pero no en cómo hacerlo. Si aprendiéramos a comunicarnos, muchos de los problemas estarían resueltos.

Esta materia no solo sirve para el derecho, sino también para la vida cotidiana. Tengo alumnos que son empleados en juzgados o en el servicio penitenciario, donde predominan las decisiones verticales. Cuando vuelven a la clase y me cuentan que pudieron aplicar tal principio de comunicación y que les dio resultado, a mí me hace feliz.

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, todas las decisiones de nuestra vida están regidas por la negociación. Pero realizarlo de forma constante no implica que lo hagamos bien. Si estamos preparados, vamos a poder negociar mejor.

Medyar: ¿Cómo choca este concepto con la cultura adversarial del abogado?

A.M.B.: Me encanta una definición de Ury que dice que “negociar es hacer que los otros se salgan con la nuestra”. En una mediación aplicaríamos este principio, tratando de generar soluciones que beneficien a ambas partes, a diferencia de lo que sucede en un juicio donde siempre hay un ganador y los actores principales son los abogados; las partes son relegadas a papeles secundarios.

No importa qué cantidad de conflictos tenga una sociedad, sino cómo los resuelve. Si seguimos teniendo la noción de que a cada conflicto le corresponde un litigio, nunca vamos a dar respuesta. Tenemos que cambiar la forma de resolver. Tenemos que aprender a ver el conflicto como una oportunidad para el cambio y el aprendizaje. Y que el aprendizaje no se reduzca a la solución de ese conflicto puntual, sino que haya un deuteroaprendizaje y se aplique a futuro. Si bien no podemos decir que el conflicto es totalmente positivo, podemos buscar soluciones creativas y puede haber un crecimiento.

Medyar: ¿Cuál es la clave del éxito en la mediación?

A.M.B.: Cada mediación tiene su esencia. Hay quienes sostienen que el éxito de la mediación está en el acuerdo. Yo creo que está en la modificación de la relación entre las partes.