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Mayo 2024
“En respuesta a la necesidad de las empresas, se ha mejorado la celeridad en la resolución de disputas”
Santiago Monti, socio de Tanoira Cassagne, hablá sobre la actualidad del arbitraje centrada en la aceleración en la resolución de disputas y la reducción de costos.
Centro Empresarial: ¿En qué aspectos considerás que el arbitraje ha evolucionado?
S.M.: Durante los últimos 20 años, el arbitraje ha evolucionado en muchos aspectos, a partir de su difusión y creciente utilización como una vía eficiente para resolver disputas de diversa índole.
Entre los cambios más relevantes puede mencionarse el enfoque en la eficiencia y la rapidez del proceso. Como una respuesta a la necesidad de las empresas de contar con procesos más eficientes, se ha puesto mayor énfasis en la mejora de la celeridad en la resolución de disputas.
Esto se ha traducido en la implementación de medidas destinadas a agilizar los procedimientos arbitrales, reducir los tiempos de resolución y minimizar los costos asociados con el proceso.
Así, entre otras medidas, por ejemplo, se han reglamentado procedimientos abreviados o acelerados, se ha implementado tecnología que ha posibilitado la presentación electrónica de documentos, la producción de prueba y la realización de audiencias virtuales, entre otros aspectos. También se han creado e implementado nuevas herramientas y sistemas para la administración y seguimiento de los procesos arbitrales.
Estos avances tecnológicos han traído beneficios significativos, incluyendo una mayor eficiencia en el manejo de los casos, la reducción de costos asociados con el arbitraje (como los gastos de viaje y alojamiento para las audiencias presenciales), y la posibilidad de acceder a expertos y evidencia de manera más rápida y efectiva. Además, la tecnología ha facilitado la participación de partes y testigos ubicados en diferentes partes del mundo. También se ha facilitado el registro de las declaraciones, su traducción y resumen.
Desde el punto de vista regulatorio, a nivel local, los últimos años mostraron cambios muy relevantes, tanto a nivel local como internacional.
Localmente, el primero de ellos consistió en la regulación del contrato de arbitraje en el Código Civil y Comercial de la Nación, vigente desde el 1º de enero de 2016. Sin perjuicio de las críticas que dicha regulación recibió por parte de la doctrina especializada, enfocadas en la insuficiencia de las normas allí incluidas para subsanar los importantes defectos todavía contenidos en el Código Procesal en lo Civil y Comercial de la Nación, el CCCN reconoció la autonomía e independencia de la cláusula arbitral y la aplicación del principio kompetenz-kompetenz, entre otros aspectos relevantes.
El otro cambio trascendental en materia regulatoria es más reciente: la ley de Arbitraje Comercial internacional Nº 27.449, aprobada y vigente desde el año 2018, que dio lugar a un cuerpo normativo especial para los arbitrajes internacionales, brindando un marco legal apropiado y confiable para ese tipo de procesos, esencialmente basado en la ley Modelo aprobada por la CNUDMI, que fuera actualizada en el año 2006.
Al respecto, el uso de la Ley Modelo permitió un gran avance en la armonización de las normas de diferentes países, propiciando la aplicación de normas favorables al reconocimiento de la validez del acuerdo arbitral.
Centro Empresarial: ¿Qué dirías que "no cambió"?
S.M.: No cambiaron las características o aspectos fundamentales del arbitraje. En ese sentido, se mantuvo la preponderancia de la flexibilidad como principio esencial y caracterizante del arbitraje; íntimamente ligado, a su vez, al principio de autonomía de la voluntad. En concreto, la libertad de las partes a la hora de determinar las reglas aplicables a la resolución de sus disputas mediante el arbitraje. Asimismo, se mantuvo la preservación de la confidencialidad de las deliberaciones y decisiones, el carácter vinculante y ejecutable de los laudos, y la neutralidad e imparcialidad de los árbitros como requisitos indispensables para el desarrollo eficaz del proceso arbitral.
Centro Empresarial: ¿Cuál es -si la hay- la tendencia actual? ¿Hacia dónde perfila la práctica?
S.M.: Se advierten como principales tendencias: la especialización, la simplificación de los procedimientos y la profesionalización de las instituciones y operadores del arbitraje, incluyendo árbitros, abogados, testigos expertos y demás personas participantes.
Los árbitros tienden a ser más especializados en áreas específicas del derecho o en sectores industriales particulares, lo que ayuda a mejorar la calidad de las decisiones y la eficiencia del proceso. Lo propio ocurre con los abogados, que cada vez adquieren mayor especialización en la materia.
A su vez, la Ley Modelo ha brindado un marco sumamente útil para la armonización de las legislaciones, y el intercambio de información y experiencias -buenas y malas- generan oportunidades para un aprendizaje compartido y para la adopción de las mejores prácticas, tales como las propiciadas por los Comités de la IBA y otras entidades prestigiosas.
Centro Empresarial: ¿Cómo ven hoy las empresas al arbitraje comercial?
S.M.: El arbitraje tiene alto nivel de aceptación en las empresas, y es percibido como un mecanismo apto para la resolución de ciertas disputas; especialmente, cuando se trata de contratos o conflictos internacionales, o cuando refiere a materias alta complejidad o cuando el monto involucrado es muy relevante.
Centro Empresarial: ¿Qué sucede hoy en Argentina? ¿Qué creés que necesita el arbitraje argentino para crecer?
S.M.: En Argentina se advierte una tendencia favorable hacia el arbitraje, aunque también se observa cierta resistencia a perder el control sobre la resolución de los conflictos.
Desde el punto de vista regulatorio, sería ideal modernizar y armonizar todas las normas vigentes, en especial las contenidas en el Código Civil y Comercial de la Nación y en los Códigos Procesales, tanto el Nacional como los Provinciales.
Asimismo, el arbitraje podría fortalecerse mediante políticas activas dirigidas a promoverlo (tanto educativas como, en su caso, fiscales).
Centro Empresarial: ¿Cuál fue el arbitraje más desafiante en el que te tocó participar? ¿En qué medida o aspecto te desafió? ¿Qué aprendiste de esta experiencia?
S.M.: Los arbitrajes más desafiantes en los cuales me tocó participar fueron una serie de arbitrajes internacionales iniciados a partir de la crisis que sufrió nuestro país en el año 2001 y, más específicamente, como consecuencia de la derogación del régimen de convertibilidad y el impacto que ello provocó en determinados contratos sumamente relevantes, tanto por su objeto como por las considerables sumas involucradas. En estos arbitrajes tuve el honor de participar junto a prestigiosos colegas, de los cuales aprendí mucho, tanto de nuestro país como integrantes de estudios jurídicos extranjeros.
Estos arbitrajes me desafiaron en múltiples aspectos, principalmente porque como integrante del equipo de abogados experto en la normativa de la Argentina, tuvimos una activa participación en la preparación de documentos complejos y en la producción de prueba relevante en el exterior.
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